El grupo químico BASF reorganiza su cartera y vende su negocio de pinturas para construcción en Brasil al fabricante estadounidense Sherwin-Williams. La transacción tiene un volumen de 1,150 millones de dólares estadounidenses (alrededor de 1,100 millones de euros) e incluye plantas de producción en Demarchi y Jaboatão, así como aproximadamente 1,000 empleados. El segmento generó sus ingresos principalmente en el mercado brasileño y mostró según BASF solo "sinergias limitadas" con otras divisiones.

Der Verkauf soll in der zweiten Jahreshälfte 2025 abgeschlossen werden. Gleichzeitig prüft BASF strategische Optionen für den verbleibenden Coatings-Bereich, der Fahrzeugserien- und Reparaturlacke sowie Oberflächenbehandlungen umfasst. Dies ist Teil der im vergangenen Jahr von Konzernchef Markus Kamieth angekündigten Neuaufstellung, die den global größten Chemiekonzern wieder profitabler machen soll und eine stärkere Konzentration auf Kerngeschäfte vorsieht.

Al igual que muchas empresas industriales alemanas, BASF lidia con el fuerte aumento de los costos energéticos como consecuencia de la guerra en Ucrania y una demanda debilitada en mercados importantes como China. En consecuencia, la empresa anunció en varias ocasiones recortes de costos y reducción de personal, afectando especialmente a la planta principal de Ludwigshafen. La dirección planea ahorrar alrededor de 1 mil millones de euros para finales de 2026, lo que probablemente conllevará más despidos. Actualmente están en negociaciones con el comité de empresa para evitar despidos forzados y al mismo tiempo modernizar el sitio.

Además, BASF ya ha señalado que, además de la división agrícola, áreas como materiales para baterías, recubrimientos y catalizadores de gases de escape de automóviles podrían no seguir siendo parte del núcleo futuro, lo que probablemente conllevará más ventas y cierres en Ludwigshafen.