BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo, ha suspendido temporalmente las reuniones con empresas debido a nuevas regulaciones de divulgación en EE. UU. Según varias personas familiarizadas con la situación, BlackRock está respondiendo a la reciente guía más estricta de la SEC, que los participantes del mercado ven como un paso "anti-ESG". Esto dificulta a los gestores de activos, que suelen tener altas participaciones minoritarias en grandes corporaciones, la práctica habitual de hablar con los órganos de gobierno sobre temas estratégicos o relacionados con la gobernanza antes de las juntas generales.

La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) ajustó sus directrices el 11 de febrero. Hasta ahora, los fondos con participaciones superiores al 5 por ciento en una empresa podían clasificarse como "inversores pasivos" si solo se pronunciaban puntualmente sobre temas como la remuneración o la estrategia climática. Sin embargo, ahora se aplica más estrictamente la norma 13-D, por la cual los gestores de activos deben detallar por qué y cómo adquirieron acciones y cuáles son sus intenciones. En particular, podrían ser clasificados como influyentes activos, aunque se enfoquen —como BlackRock— principalmente en objetivos ESG a largo plazo o en aspectos convencionales de gobernanza corporativa.

Este paso se produce en el contexto de una ofensiva regulatoria más amplia contra el poder de mercado concentrado de los grandes gestores de activos. Con sus paquetes de fondos pasivos, a veces poseen más del 10 por ciento de las acciones de las empresas estadounidenses, influyendo significativamente en las asambleas generales. Ahora muchos fondos temen ser vulnerables debido a requisitos de reporte más estrictos o tener que adelantar cuándo deben revelar cambios en sus participaciones. No solo se ven afectadas las demandas ESG, como la descarbonización o los directorios diversos, sino también los esfuerzos de gobernanza contra las llamadas píldoras venenosas u otras medidas anteriormente no relacionadas con temas climáticos o sociales.

Die Entscheidung von BlackRock, anstehende „Stewardship“-Meetings zu vertagen oder abzusagen, unterstreicht die Unsicherheit unter Fondsanbietern. „Dieser Eingriff explodierte wie eine Granate mitten in laufenden Proxy-Fights“, sagte Kai Liekefett, Corporate-Governance-Anwalt bei Sidley. Andere Großverwalter wie Vanguard oder State Street äußerten sich nicht dazu, ob sie ebenfalls Meetings aussetzten. Die SEC selbst reagierte auf Nachfragen nicht, während sich die Behörde zugleich wegen Nominierungen der Trump-Administration neu sortiert.