El auge económico de Irlanda está a prueba. Estados Unidos amenaza con aranceles a las importaciones farmacéuticas, y el gobierno de Dublín teme lo peor. Según el primer ministro Micheál Martin, un paso así podría representar "una amenaza muy seria" para el modelo económico irlandés. Especialmente delicado: las exportaciones farmacéuticas representan más del 40% de los 73 mil millones de euros que Irlanda entregó a Estados Unidos el año pasado.
El desencadenante de la inquietud es una iniciativa del presidente estadounidense Donald Trump, quien anunció aranceles de importación de hasta el 25 % sobre medicamentos del extranjero. Aunque había asegurado durante la visita del primer ministro irlandés en el día de San Patricio que "no haría nada que perjudique a Irlanda", en cuatro semanas esto se ha convertido en un rumbo de confrontación política. Los representantes del gobierno irlandés ya apenas toman en serio la pausa comercial de 90 días anunciada por Trump.
La dependencia de Irlanda de las empresas estadounidenses es excepcionalmente alta. Según datos del Consejo Asesor Fiscal de Irlanda, más de la mitad de los ingresos por impuestos de sociedades provienen de solo diez empresas, principalmente gigantes tecnológicos y farmacéuticos estadounidenses como Pfizer, Eli Lilly o Johnson & Johnson. El año pasado, solo un pago atrasado de Apple de 14 mil millones de euros generó un superávit presupuestario de 25 mil millones de euros.
Trump no hace ningún secreto de que considera el modelo fiscal de Irlanda como una distorsión de la competencia. El ministro de Economía Howard Lutnick calificó los incentivos fiscales irlandeses como un "fraude" que ahora se combatirá con aranceles. "Las farmacéuticas volverán a nuestro país porque si no lo hacen, tendrán que pagar un alto impuesto", dijo Trump.
Ya en 2022, la agencia de desarrollo económico irlandesa IDA informó sobre una docena de nuevas inversiones farmacéuticas estadounidenses por un valor de entre 55 millones y 1,8 mil millones de euros. Las empresas utilizan a Irlanda como un lugar de producción con una base impositiva favorable y acceso a la UE. Si se produce un choque arancelario, esta ventaja competitiva podría peligrar.
El Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (ESRI) estima el posible daño de un conflicto comercial transatlántico en pérdidas de exportación de hasta 18 mil millones de euros para Irlanda. El estado ha reaccionado y ha comenzado a establecer un "Fondo para Días Lluviosos", que debería crecer a 100 mil millones de euros para 2035. Al menos 50 mil millones de ellos deberían servir como colchón contra un "choque Trump".
Mientras tanto, Irlanda sigue en un dilema político exterior: hacer demasiadas concesiones a EE.UU. podría poner en peligro el proceso de adhesión a la UE. El primer ministro Martin dejó en claro recientemente que la integración en la UE es la "línea roja número uno" para su gabinete.