El consorcio DAX E.ON ha superado sus pronósticos para el año 2023 y también ha excedido las expectativas del mercado en cuanto al beneficio ajustado. En el último trimestre, E.ON se benefició de efectos únicos y de la disolución de su colchón de invierno, que fue creado como protección ante un posible agravamiento de la crisis energética.
Sin embargo, la reacción en la bolsa fue tímida. La acción de E.ON inicialmente subió un 1,7 por ciento, pero luego retrocedió y cayó temporalmente un 1,12 por ciento a 12,42 euros. La evolución del precio sigue moviéndose dentro del rango de 12 a 13 euros, en el cual ha permanecido desde diciembre.
La analista Wanda Serwinowska del banco suizo UBS evaluó los datos clave en su primera reacción como relativamente neutrales para la acción. Destacó que la perspectiva empresarial para el año 2024, que se espera publicar en marzo junto con las cifras finales, así como el plan de negocios para los próximos ocho años, son de mayor importancia.
El analista de JPMorgan, Javier Garrido, señaló que el mercado ya contaba con un aumento en las ganancias. También hizo referencia a las dificultades del management para explicar las razones del objetivo anual sin cambios al presentar las cifras del tercer trimestre.
Como E.ON anunció sorpresivamente después del cierre de la bolsa el jueves, el beneficio neto ajustado del grupo para el año 2023 asciende a 3.1 mil millones de euros según cifras preliminares, en comparación con los 2.7 mil millones de euros del año anterior. Así, E.ON superó sus propias previsiones de entre 2.7 y 2.9 mil millones y también la proyección de los analistas de poco más de 2.9 mil millones.
En el importante negocio de redes, E.ON reporta que los resultados en el cuarto trimestre superaron las expectativas principalmente gracias a efectos operativos en casi todos los países. Además, se contabilizaron positivamente efectos temporales en Alemania y efectos regulatorios únicos en Eslovaquia en los resultados del cuarto trimestre. La analista de Bernstein, Deepa Venkateswaran, señaló especialmente la reducción en los costos de redispatch en el último trimestre, los cuales ascendieron a alrededor de 200 millones de euros.
Estos costos se incurren cuando los operadores de redes de transmisión y distribución intervienen en la capacidad de generación de los productores de electricidad para prevenir cuellos de botella y sobrecargas en la red eléctrica.
En el negocio de distribución tradicionalmente más pequeño, E.ON también liquidó su reserva para el invierno en el cuarto trimestre. El director financiero Marc Spieker había presupuestado 300 millones de euros en los objetivos anuales declarados para poder contrarrestar posibles caprichos en los mercados de energía ante una situación que pudiera volver a intensificarse. Estos efectos negativos no se tuvieron en cuenta en la previsión y por lo tanto no ocurrieron, como se ha dado a conocer ahora.
El resultado del grupo ajustado por efectos especiales antes de intereses, impuestos y depreciaciones (Ebitda) aumentó casi un 17 por ciento interanual a 9,4 mil millones de euros, según los datos. En comparación con los 8,8 mil millones de euros que se esperaban en el mejor de los casos, los cuales también coincidían con la previsión de los analistas, se superó así el objetivo.
Todos los segmentos del grupo contribuyeron a este sorprendentemente buen desarrollo. El beneficio operativo ajustado de las redes energéticas aumentó en más de una quinta parte hasta los 6,6 mil millones de euros, mientras que la división de soluciones para clientes incrementó el resultado operativo en dos tercios hasta los 2,8 mil millones de euros.
E.ON alcanzó estos resultados a pesar de invertir más dinero en la expansión de la red de lo originalmente planeado. Las inversiones ascendieron a 6,4 mil millones de euros en comparación con la previsión de aproximadamente 6,1 mil millones. Estas mayores inversiones son necesarias para adaptar la infraestructura de la red como parte de la transición energética, pero también prometen crecimiento futuro para E.ON.
El analista Garrido de JPMorgan considera que el aumento de inversiones es un "buen presagio" para la esperada expansión de los planes de inversión a medio plazo. Actualmente, E.ON tiene previstas inversiones por valor de 33 mil millones de euros hasta 2027. Tradicionalmente, estos planes se extienden un año más durante la conferencia de prensa del balance.
Más detalles sobre los planes de inversión, el resultado neto sin deducir los efectos especiales y una evaluación para el año en curso se anunciarán durante la presentación del informe anual el 13 de marzo.