Apple pone fin al servicio de cifrado Advanced Data Protection (ADP) para iCloud en el Reino Unido. La empresa tecnológica estadounidense reacciona a una orden secreta según el Investigatory Powers Act (IPA), conocida como "Snooper’s Charter". El marco legal británico exige a las empresas implementar "technical capability notices", permitiendo a las autoridades, tras una orden judicial, acceder a datos de usuarios cifrados. Apple afirma que se le exige establecer una puerta trasera y por ello retira el servicio del país.
Este es el primer enfrentamiento de este tipo desde que la ley británica se endureció el año pasado. Los poderes extraterritoriales de las autoridades habrían permitido acceder a datos cifrados de iCloud en todo el mundo. Apple insiste en que nunca creará una "clave maestra" para sus productos. Lamenta que los usuarios británicos ya no puedan usar ADP pero mantiene su curso de seguridad. Los usuarios que ya han activado ADP deben desactivarlo para seguir usando iCloud en el Reino Unido.
Varios representantes de la industria critican el enfoque de Londres. El jefe de WhatsApp, Will Cathcart, advirtió que un mandato global de puertas traseras para un solo gobierno pone en riesgo a todos los usuarios. Sin embargo, expertos como Aled Lloyd Owen, profesor en la Universidad de Southampton, consideran dramático e innecesario el paso de Apple porque supuestamente hay soluciones técnicas de compromiso. Desde el punto de vista de Apple, la vigilancia ordenada es una "intromisión sin precedentes" a la que deben responder cerrando el servicio.
Mientras que iMessage y FaceTime, también con cifrado de extremo a extremo, siguen utilizándose sin cambios en el Reino Unido, la Computer & Communications Industry Association califica el retiro de Apple como una "señal preocupante": En lugar de presionar para debilitar el cifrado, las autoridades deberían colaborar con las empresas para no socavar la seguridad de los datos. El conflicto se centra en los intereses de seguridad estatal frente a la protección de datos: Desde la perspectiva de Apple, la apertura forzada por las autoridades lleva a una mayor vulnerabilidad, mientras que el Reino Unido defiende su derecho a combatir el terrorismo y el crimen.