General Motors está bajo presión en Corea del Sur para hacer declaraciones claras sobre el futuro de sus plantas allí. Esto se debe a las continuas negociaciones comerciales entre Seúl y Washington sobre los inminentes aranceles del 25 por ciento a las importaciones de automóviles, que hasta ahora han quedado sin resultado. Para GM Corea, estos aranceles punitivos son existenciales: las dos plantas de la empresa producen casi exclusivamente modelos compactos económicos para el mercado norteamericano, representando recientemente alrededor del 17 por ciento de las ventas en EE.UU.
Si no se llega a un acuerdo, los analistas advierten sobre una restructuración significativa de la red de producción global de GM. En el pasado, la empresa ya se había retirado de Europa, Australia y Vietnam. Ya en mayo, GM había advertido sobre posibles cargas de hasta 5.000 millones de dólares debido a la política arancelaria de Trump, 2.000 millones solo por las importaciones de Corea del Sur.
Dentro de GM Corea crece el descontento. El sindicato amenaza con huelga porque, además de los aranceles, también cuestiones salariales y planes para cerrar centros de servicio y vender activos generan incertidumbre. “Tememos que GM se retire de Corea a más tardar después de la expiración del acuerdo con KDB en 2028”, dijo el jefe sindical Ahn Kyu-baek. El Banco de Desarrollo de Corea, estatal, había salvado a GM Corea de la insolvencia en 2018 con una participación de capital.
La presión persiste a pesar de las recientes cifras sólidas del negocio: GM Korea vendió 499.559 vehículos en 2024, un aumento del 6,7 por ciento y el mejor resultado desde 2017, impulsado por la fuerte demanda en EE. UU. de modelos como el Chevrolet Trax. Sin embargo, las ventas en el presente año han caído hasta ahora en más del siete por ciento. El director financiero Paul Jacobson enfatizó en mayo que continúan contando con la cooperación de Washington para no tener que tomar decisiones a largo plazo de manera precipitada.
Las negociaciones siguen siendo arduas. El Ministro de Comercio de Corea del Sur, Yeo Han-koo, pidió nuevamente la eliminación de los aranceles estadounidenses después de que el plazo se extendiera recientemente hasta el 1 de agosto. El experto en automóviles Kim Pil-soo de la Universidad de Daelim advirtió: "Si los aranceles se mantienen en el 25 por ciento, GM Corea tendrá que cerrar. Con menos del 10 por ciento, serían posibles reducciones de precios y costos.
El analista de Barclays, Dan Levy, ve a GM como el fabricante de automóviles de Detroit que se vería más afectado por un acuerdo desfavorable con Corea del Sur. Las importaciones son económicamente insostenibles bajo las condiciones arancelarias actuales, por lo que una solución pronta es esencial.
Auch in Mexiko und Kanada, wo GM rund die Hälfte seiner US-Fahrzeuge fertigt, drohen tarifäre Belastungen. Un portavoz de GM enfatizó que están siguiendo las negociaciones de cerca.
Lee Ho-geun de la Universidad Daeduk considera a Corea del Sur competitiva a pesar de todos los problemas, pero señala los altos costos laborales y las relaciones inestables entre la dirección y el sindicato. La producción de autos pequeños en EE. UU. apenas es rentable debido a la estructura salarial, mientras que México tampoco está libre de riesgos arancelarios.