Un tribunal en Pekín condena a un gerente japonés de la farmacéutica Astellas a tres años y medio de prisión por espionaje. El veredicto afecta a un alto ejecutivo de la filial china que ya estaba en prisión preventiva desde marzo de 2023. Según la embajada japonesa, hasta ahora se han dado a conocer pocos detalles sobre las acusaciones, lo que nuevamente suscita dudas sobre la transparencia de la justicia china.
Tokio reaccionó de inmediato y calificó el fallo de "profundamente lamentable". El gobierno volvió a exigir la liberación inmediata del empleado de Astellas y de otros japoneses detenidos en China. La embajada advirtió que tales procedimientos obstaculizaban enormemente el intercambio entre ambos países y deterioraban la confianza mutua.
En particular, para las empresas japonesas, el fallo intensifica la preocupación de que el marco legal en China ya no sea suficiente para proteger sus negocios. El gerente, que había estado en China durante más de 20 años y era activo en la Cámara de Comercio Japonesa local, fue arrestado poco antes de su vuelo de regreso a Japón. La noticia causó en ese momento gran inquietud en la comunidad de expatriados japoneses y también en los círculos económicos internacionales.
El fallo se produce en una fase de tensas relaciones bilaterales. Además de las tensiones geopolíticas, como en el Mar de China Oriental, la presión de Estados Unidos para un desacoplamiento de China y el conflicto tecnológico en el sector de semiconductores tensan las relaciones entre Pekín y Tokio. Además, recientemente más y más empresas japonesas han reconsiderado sus inversiones en China debido al lento crecimiento y la falta de seguridad jurídica.
La condena se basa en la ley antisubversiva de la República Popular, introducida en 2014 y endurecida en 2023. Desde entonces, docenas de ciudadanos japoneses han sido arrestados en China, varios de ellos siguen detenidos. La propia Astellas confirmó el veredicto, pero declinó hacer más comentarios.
Las autoridades chinas envían otra señal a las empresas extranjeras con este proceder. Ya durante las campañas anti-espionaje del año pasado, las consultoras internacionales habían sido objeto de escrutinio. La esperanza de muchos directivos de poder trabajar de manera más confiable en China tras el fin de las medidas del coronavirus ha recibido así un nuevo golpe.