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Conflicto petrolero en Guyana: Exxon y Chevron compiten por proyecto millonario - Comienza arbitraje en Londres
Der Streit zwischen Exxon und Chevron um Hess’ Guyana-Anteil spitzt sich zu – mit Milliarden auf dem Spiel.
Ein acuerdo de 53 mil millones de dólares está en peligro: ExxonMobil quiere impedir que el competidor Chevron adquiera la empresa estadounidense Hess, y así obtener acceso a su participación del 30% en el enorme proyecto petrolero en alta mar frente a la costa de Guyana. El lunes comienza un arbitraje en Londres que podría decidir el futuro del proyecto y el equilibrio de poder en la industria petrolera.
Exxon invoca un llamado derecho de tanteo, un derecho de preferencia contractual dentro del consorcio existente. Chevron, por otro lado, argumenta que esta cláusula no aplica en el caso de una adquisición de empresa. Como las negociaciones fracasaron, el caso ya terminó el año pasado ante un tribunal de arbitraje.
Para Chevron es un asunto existencial. El proyecto de Guyana, con reservas estimadas de más de once mil millones de barriles, se considera uno de los descubrimientos más lucrativos de la última década. Los analistas valoran solo la participación de Hess en alrededor de 40 mil millones de dólares. Según Exxon, la producción diaria debería aumentar a 1,3 millones de barriles para 2027, más que toda la producción del Bakken Shale en EE.UU.
Ein éxito en Guyana llegaría para Chevron en el momento adecuado.
El conflicto no solo tiene dimensiones estratégicas, sino también personales. El director de Exxon, Darren Woods, y el CEO de Chevron, Mike Wirth, mantuvieron una estrecha relación durante años: cenas conjuntas, intercambios regulares. Pero desde que se conoció el acuerdo, la relación se ha enfriado notablemente, dicen personas familiarizadas con el asunto. Exxon se sintió pasada por alto: durante años asumió riesgos políticos mientras Chevron trabajaba en silencio en una entrada discreta.
Exxon, por su parte, tiene poco riesgo operativo: la empresa sigue siendo el principal operador en Guyana. Sin embargo, el caso podría tener un efecto de señal. En un entorno de mercado en el que los inversores actúan de manera activista y castigan sin piedad las debilidades estratégicas, un arbitraje perdido puede resultar simbólicamente costoso. Los analistas señalan casos anteriores como Texaco en la década de 1980 o el conflicto más reciente entre Exxon y el fondo de cobertura Engine No. 1.
Incluso si Exxon y Chevron se acercaran de nuevo a largo plazo, las consecuencias de la actual lucha de poder probablemente ocuparán a la industria durante años.