Gucci enfrenta una nueva transformación. Después de decepcionantes cifras de ventas y varias advertencias de beneficios, el grupo de lujo Kering despidió a su director creativo Sabato De Sarno. La marca, que alguna vez fue conocida por sus diseños extravagantes e innovaciones audaces, tiene dificultades para afirmarse en la tendencia actual del "Lujo Silencioso".
A diferencia de gigantes del lujo como LVMH o Hermès, que apuestan por la estabilidad financiera, Kering depende en gran medida de Gucci: dos tercios del beneficio operativo provienen de la marca italiana. Sin embargo, el público objetivo de Gucci es menos los superricos y más los consumidores adinerados, que están más expuestos a las fluctuaciones económicas. Además, el intento de reducir costos es solo marginalmente posible en una marca con una fuerte demanda de imagen: alrededor del 75 por ciento de la caída en las ventas en el primer semestre de 2024 impactó directamente en el beneficio operativo.
Al mismo tiempo, Kering se ha vuelto financieramente vulnerable. Mientras competidores como Richemont o Hermès mantienen reservas sólidas de efectivo, la deuda neta de Kering se elevó al triple del EBITDA previsto. La empresa no solo adquirió una participación del 30 por ciento en Valentino y la marca de perfumes Creed, sino que también invirtió 1.300 millones de euros en un inmueble en la Via Montenapoleone de Milán. Pero esta expansión podría salir cara: el 70 por ciento restante de Valentino, cuyas opciones de compra pueden ejercerse entre 2026 y 2028, ya está valorado en cuatro mil millones de euros en los libros.
Con las cifras anuales por venir, Kering probablemente tendrá que dar indicios sobre cómo continuar. Aunque se vislumbra una recuperación del sector del lujo, sin un nuevo director creativo, Gucci corre el riesgo de perder la ola del auge. Los inversores podrían aumentar la presión para vender participaciones inmobiliarias e iniciar reducciones drásticas de costos, al igual que Kering lo hizo en enero con propiedades en París.
Gucci ha superado muchas crisis, luchas de poder y cambios de diseñador a lo largo de su historia. Pero sin nuevos impulsos en el diseño y un aumento en las ventas, el próximo cambio estratégico probablemente será una reducción más que una revolución creativa.