Según Sony Music, se han eliminado más de 75,000 canciones y grabaciones generadas por IA que imitan a artistas como Harry Styles, Queen y Beyoncé. La revelación se produjo en una declaración al gobierno británico, que está considerando una flexibilización de los derechos de autor para el uso de IA.

Los planes del gobierno bajo el primer ministro Sir Keir Starmer prevén que las empresas de IA puedan utilizar música, películas, libros y otros contenidos para el entrenamiento de sus modelos sin pagos de licencias en el futuro, siempre que los titulares de los derechos no se opongan expresamente. Sony Music y otros representantes de la industria critican que esto debilitaría masivamente la protección de los artistas y dificultaría la monetización de sus obras.

Las grabaciones generadas por IA en servicios de streaming causan un daño económico directo a los artistas, incluidos los músicos británicos", se dice en la declaración de Sony, que tiene la Financial Times. Los gerentes de música advierten que las 75,000 falsificaciones eliminadas representan solo una fracción del problema, ya que las discográficas actualmente deben buscar manualmente dicho contenido y presentar solicitudes de eliminación.

Las propuestas del gobierno han llevado en las últimas semanas a fuertes protestas de músicos, cineastas y medios de comunicación. Los críticos temen que los trámites administrativos para la protección de la propiedad intelectual aumenten exponencialmente. Sony argumenta que el sistema actual, en el que los desarrolladores de IA tienen que pagar por el uso de contenidos con derechos de autor, ya funciona. La empresa se encuentra actualmente en "varias negociaciones" sobre contratos de licencia con empresas de IA.

Sony calificó los cambios previstos como "precipitados, desequilibrados e irreversibles". El derecho de autor es un "derecho, no una regulación" y constituye una "necesidad social" para honrar adecuadamente las obras creativas. La reforma propuesta distorsionaría el mercado de manera "injusta e innecesaria" a favor de los desarrolladores de IA y perjudicaría a la industria creativa británica, un sector que, como el tercer mercado musical más grande del mundo, desempeña un papel clave en la economía británica.