El futuro del pionero estadounidense de semiconductores Intel, en crisis, parece cada vez más incierto. Según un informe del WSJ, dos competidores, TSMC de Taiwán y la empresa estadounidense Broadcom, están considerando de manera independiente escenarios en los que partes de Intel serían desmembradas de la corporación. Broadcom ha examinado intensivamente el negocio de diseño y marketing de chips de Intel y está considerando una oferta de adquisición, siempre que se encuentre un socio adecuado para el segmento de fabricación. Paralelamente, TSMC está considerando la adquisición de las fábricas de Intel, posiblemente junto con otros inversores.
El presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, juega un papel no despreciable en estos juegos de simulación. Según informes de los medios, miembros de su equipo sugirieron en una reunión con ejecutivos de TSMC una posible participación mayoritaria en las instalaciones de fabricación de Intel. TSMC habría reaccionado positivamente, ya que dicho arreglo podría estabilizar significativamente la situación financiera de Intel.
Intel está en busca de un nuevo director mientras tanto, después de que el jefe del grupo, Pat Gelsinger, renunciara en diciembre. Durante décadas, la empresa dominó el mercado mundial de procesadores, pero ha perdido cada vez más cuota de mercado frente a rivales como Nvidia y AMD. Especialmente en el lucrativo negocio de aceleradores de IA, donde Nvidia mantiene una posición de liderazgo, Intel enfrenta problemas de desarrollo. También en el segmento tradicional de procesadores para PC y servidores, la presión competitiva sigue creciendo.
No hay declaraciones oficiales de ninguna de las partes involucradas sobre las posibles ventas parciales. Sin embargo, observadores consideran que las conversaciones en curso podrían ser un punto de inflexión potencial. Para Intel, una división parcial representaría una ruptura profunda con la estructura corporativa anterior y posiblemente la decisión estratégica más importante en la larga historia de la empresa.
