India se convierte cada vez más en el centro de la producción global de iPhones para Apple. Mientras que hace unos años la empresa fabricaba casi exclusivamente sus dispositivos en fábricas chinas, para 2027 hasta un 25 por ciento de todos los iPhones podrían provenir de fábricas indias, estiman los analistas de JPMorgan y Bank of America. Entre los lugares clave se encuentran ahora los estados sureños de Karnataka y Tamil Nadu, donde los proveedores de Apple como Foxconn, Tata Electronics y otras empresas están impulsando el ensamblaje de nuevas generaciones de smartphones.
Esto se debe al empeño de Apple de aliviar su fuerte enfoque en China e implementar una estrategia de "China Plus One", en gran parte debido a las crecientes tensiones comerciales, los aranceles estadounidenses y las recientes dificultades de China en el transporte de personal y materiales. A esto se suma que el conflicto interestatal entre Nueva Delhi y Pekín se ha intensificado tras las confrontaciones fronterizas en el Himalaya. Sin embargo, los políticos indios dan gran importancia a la discreción: en las negociaciones, a menudo se refieren a Apple simplemente como "la empresa de frutas" para suavizar los temas políticos delicados.
Para el primer ministro de India, Narendra Modi, el compromiso de Apple es un logro de prestigio. Con una tasa de desempleo cercana al 10 por ciento, un bloque de oposición recién fortalecido y millones de nuevos solicitantes de empleo cada año, Apple debería convertirse en el motor de la fabricación electrónica. En el marco de los incentivos vinculados a la producción (PLI), el gobierno proporciona alrededor de 6 mil millones de dólares para fomentar el establecimiento de plantas de fabricación de teléfonos inteligentes y, posteriormente, de fábricas de semiconductores. Especialmente la empresa tradicional Tata está expandiendo masivamente su compromiso, por ejemplo, con la adquisición de fábricas de ensamblaje de iPhone de los productores taiwaneses Wistron y Pegatron, así como con planes para un complejo de fábricas de chips por un valor de 11 mil millones de dólares.
No obstante, la fabricación en India aún está lejos de ser completamente autosuficiente: Muchos componentes deben ser transportados por aire debido a que la gama de proveedores aún es limitada. Observadores esperan que más fabricantes de componentes para pantallas, vidrio y tecnología de carga sigan, especialmente empresas estadounidenses como Corning o empresas conjuntas locales que se adapten a Apple como un gran cliente. Más importante aún, dice Chris Miller, autor del libro "Chip War", es la construcción de estructuras de cooperación sólidas entre Apple y las autoridades y proveedores indios: una asociación estratégica similar a la de China requiere tiempo y tacto diplomático.
El desarrollo de Apple en India es observado críticamente: Pekín parece estar reaccionando, dificultando ocasionalmente la exportación de especialistas técnicos y maquinaria necesaria a India. Mientras tanto, las nuevas medidas arancelarias del presidente Donald Trump contra China y su cercanía con el jefe de Apple, Tim Cook, refuerzan la necesidad de Apple de diversificar la cadena de suministro. India atrae con generosas subvenciones, pero las ventajas salariales e infraestructurales de China son difíciles de superar. La empresa de iPhone también debe superar algunos desafíos locales, como la baja participación de mujeres trabajadoras en India y la burocracia.
El mercado de iPhones en India todavía es comparativamente pequeño, lo que dificulta el desarrollo de estructuras locales de suministro extensas. Sin embargo, para Apple es claro: un segundo enfoque de ventas y fabricación es un contrapeso indispensable a la dependencia en China. El hecho de que el modelo insignia de Apple, el iPhone 16 Pro, ahora también se produzca en India, refleja avances rápidos. Qué tan fuerte se integrará India en el universo global de Apple se verá en los próximos años.