El grupo tecnológico estadounidense Wolfspeed ha cancelado sus planes de construir una fábrica en Ensdorf, al oeste de Alemania. Esta decisión representa otro revés para los esfuerzos del canciller Olaf Scholz por convertir a Alemania en un líder en semiconductores. La inversión planificada de 3 mil millones de euros, que debía apoyar la producción de chips de carburo de silicio para vehículos eléctricos, fue cancelada debido a la disminución de la demanda europea de autos eléctricos.
Wolfspeed justificó el paso con un aumento "más modesto" de la adopción de vehículos eléctricos de lo inicialmente pronosticado. Esto ocurrió solo unas semanas después del aplazamiento del multimillonario proyecto de Intel para construir una fábrica de 30 mil millones de euros en Magdeburgo. Ambos proyectos debían ser apoyados por amplias subvenciones estatales y podrían haber sido de las mayores inversiones extranjeras en la Alemania de la posguerra.
Die Entscheidung von Wolfspeed entkräftet die Argumentation der Regierung, dass Deutschland ein attraktiver Standort für internationale Halbleiterinvestitionen sei. „Noch ein Prestigefaktorprojekt wurde gestrichen“, sagte Julia Klöckner, Bundestagsabgeordnete der CDU. „Die Subventionsblase ist geplatzt und lässt nur eine Schlussfolgerung zu: Die Wirtschaftspolitik der Scholz-Koalition ist gescheitert.“
Translation:
La decisión de Wolfspeed desacredita el argumento del gobierno de que Alemania es un lugar atractivo para la inversión internacional en semiconductores. "Otro proyecto de prestigio ha sido cancelado", dijo Julia Klöckner, diputada del Bundestag de la CDU. "La burbuja de subvenciones ha estallado y solo deja una conclusión: la política económica de la coalición de Scholz ha fracasado.
Alemania fue considerada clave para que la UE lograra su objetivo de duplicar su participación en el mercado global de semiconductores al 20 por ciento para 2030. Esta fue una reacción a las frágiles cadenas de suministro globales y la fuerte dependencia de empresas asiáticas como TSMC y Samsung Electronics. Además de Wolfspeed e Intel, se planearon más inversiones de empresas como TSMC, NXP, Bosch e Infineon con subsidios gubernamentales.
Wolfspeed había planeado originalmente construir una fábrica en Ensdorf que produjera chips de carburo de silicio para componentes de electrónica de potencia en vehículos eléctricos. La inversión debía financiarse con 515 millones de euros en apoyo estatal, de los cuales 360 millones de euros serían aportados por el gobierno federal y 155 millones de euros por el estado de Sarre. El proveedor de piezas de automóviles ZF también debía contribuir con 170 millones de euros. A pesar de estos incentivos, Wolfspeed decidió posponer los planes debido a capacidades mejoradas en EE. UU. y una demanda de mercado más moderada.
Anke Rehlinger, ministra-presidenta del Sarre, enfatizó que el proyecto "no se abandonará, sino que se pospondrá a una fecha indefinida". ZF, por otro lado, negó la responsabilidad por el aplazamiento y destacó su continuo apoyo al proyecto.
Expertos económicos critican duramente la política de subvenciones del gobierno federal. Oliver Holtemöller del Instituto Leibniz de Investigación Económica en Halle dijo: "Tales subvenciones no abordan los verdaderos obstáculos para las inversiones en Alemania." En su lugar, pidió medidas de política económica que mejoren el entorno empresarial para todas las empresas.