Nach wochenlangem Stillstand dürfen chinesische Airlines wieder Flugzeuge von Boeing übernehmen. Laut mit der Angelegenheit vertrauten Personen hat Peking das informelle Lieferverbot aufgehoben, das seit Anfang April galt. Die Entscheidung fällt nur wenige Tage nach der überraschenden Zoll-Einigung zwischen den USA und China – ein wichtiges Signal für den angeschlagenen US-Flugzeugbauer.
Se tenía previsto entregar originalmente alrededor de 50 aviones a clientes chinos este año. Con la aprobación, Boeing podrá evitar las complicadas reventas y almacenamientos temporales que ya se estaban considerando. Algunos de los aviones habían sido devueltos temporalmente a EE. UU. después de que los compradores chinos los rechazaran.
La relajación comercial llegó de repente. Durante el fin de semana, ambas partes anunciaron reducciones arancelarias masivas: Estados Unidos redujo sus impuestos de importación sobre productos chinos del 145 por ciento acumulado al 30 por ciento, y China redujo sus aranceles sobre productos estadounidenses al 10 por ciento. Al mismo tiempo, Pekín retiró ampliamente las contrasanciones introducidas desde el 2 de abril, incluida la prohibición de entregas de aviones.
Boeing se beneficia de inmediato, aunque sigue siendo incierto cuán rápidas serán las entregas. Según informantes, a las aerolíneas chinas se les dio luz verde, pero el calendario exacto está a su discreción. Aún no hay confirmaciones oficiales de la autoridad de aviación china o de Boeing.
Que Boeing se encontrara en esta situación no se debía solo al conflicto comercial. La marca ya había perdido la confianza en China: tras dos accidentes, el modelo 737 Max fue el primero en ser retirado del tráfico por Pekín en 2019. Además, hubo problemas de calidad que alcanzaron su punto álgido a principios de 2024 con un espectacular incidente.
Al mismo tiempo, Airbus había aprovechado la brecha estratégicamente. Debido a la falta de nuevos grandes pedidos por parte de China en los últimos años, el competidor europeo pudo expandir su posición. Sin embargo, que Boeing ahora vuelva a entrar en el juego muestra que el pragmatismo económico todavía tiene peso en Pekín, especialmente ante la previsión de que China representará alrededor del 20% de la demanda mundial de aviones en los próximos 20 años.
Die politische Dimension bleibt. Erst vergangene Woche hatte das Weiße Haus einen neuen Handelsvertrag mit Großbritannien präsentiert, inklusive eines 10-Milliarden-Dollar-Deals für Boeing. Der Druck, dem US-Konzern auch auf dem chinesischen Markt wieder den Zugang zu sichern, war damit gestiegen. Jetzt liegt der Ball wieder bei den Airlines – und bei der Frage, wie stabil das jüngste Zollmoratorium wirklich ist.
