Desde que Thomas Buberl asumió el timón de la compañía de seguros francesa Axa en 2016, ha reestructurado ampliamente la empresa y la ha orientado hacia rendimientos más altos para los accionistas. Esta estrategia ha ayudado a la acción a tener un notable repunte, casi triplicándose desde su punto más bajo en octubre de 2020. Sin embargo, Axa sigue estando rezagada en valoración en comparación con competidores como Allianz y aún no ha superado la marca de 10 veces en términos de relación precio-ganancias futura (P/E ratio).
Buberl persiguió una clara simplificación de la estructura empresarial, alejando a Axa de los seguros de vida intensivos en capital e invirtiendo en cambio en sectores más rentables como los seguros de propiedad y responsabilidad civil. Un elemento central de la reorientación es la promesa de devolver el 75 por ciento de las ganancias a los accionistas – 60 por ciento en forma de dividendos y un 15 por ciento adicional a través de recompra de acciones.
Este compromiso pretende recuperar la confianza de los inversores que se dañó con la costosa y difícil adquisición de XL Group en 2018. XL finalmente generó 1.900 millones de euros en ingresos en 2022, y la participación de los seguros de vida en el negocio total de Axa ha disminuido a un tercio, en comparación con dos tercios en 2016.
La industria de seguros se ha alejado en los últimos años de los seguros de vida con garantías y está invirtiendo cada vez más en productos menos intensivos en capital. Este cambio ha aumentado los flujos de caja procedentes del negocio de seguros – las llamadas remesas – al 80 por ciento de las ganancias netas, mejorando la capacidad de las empresas para distribuir mayores dividendos a los accionistas.
El planificado venta de Axa Investment Managers a BNP Paribas por 5,3 mil millones de euros, que se completará previsiblemente el próximo año, podría seguir impulsando las acciones. Con los 3,8 mil millones de euros generados, Axa planea compensar la caída de beneficios mediante recompras. Los 1,3 mil millones de euros restantes podrían usarse para adquisiciones más pequeñas, algo que los inversores están observando de cerca.
En los últimos tres años, Axa ha logrado un rendimiento total para los accionistas de más del 85 por ciento, lo que está significativamente por encima del índice de seguros Stoxx 600. Sin embargo, la acción sigue siendo relativamente barata con un PER de 9 para 2025 en comparación con Allianz, que está valorada en 11 veces el PER.
A pesar de que los accionistas se benefician de los desarrollos positivos, persiste cierto escepticismo sobre la sostenibilidad de este flujo de caja. Los próximos meses revelarán si Buberl puede consolidar aún más la confianza de los inversores.