La CME Group, la mayor bolsa de derivados del mundo, ha recibido recientemente la aprobación para actuar como corredor de futuros y, por lo tanto, competir directamente con bancos y corredores. Esto ha provocado fuertes reacciones en la industria, ya que los participantes del mercado temen que genere conflictos de interés y pueda afectar la seguridad del mercado.
Con la nueva licencia, la CME puede atender directamente a los clientes y exigir requisitos de margen, lo que generalmente está reservado para los corredores. "Solo un monopolista intentaría eludir a sus propios clientes", criticó Lou Scotto, CEO de FMX, un competidor directo de CME. La Asociación de la Industria de Futuros (FIA) expresó preocupaciones similares: "Existen conflictos de intereses inherentes cuando una sola empresa controla las funciones de comercio, compensación y corretaje", declaró Walt Lukken, director general de la FIA y excomisionado de la CFTC.
Terry Duffy, CEO del Grupo CME, defendió la medida como un paso necesario para adaptarse a las cambiantes necesidades de los clientes. Sin embargo, la aprobación también plantea preguntas legales, ya que el Grupo CME, como institución cuasi-reguladora, tiene supervisión sobre los corredores y, por lo tanto, podría ejercer influencia directa sobre sus competidores. Gary Gensler, presidente de la SEC, ha criticado duramente estructuras similares en el ámbito de las criptomonedas y ha enfatizado que los mercados financieros clásicos no conocen una consolidación de servicios de este tipo.
La decisión de la National Futures Association (NFA) de otorgar la licencia a la CME Group está siendo supervisada por la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), que sin embargo, hasta ahora no ha dado una declaración.