El contrato del director ejecutivo Miguel López se extiende hasta la primavera de 2026, pero la renovación programada en mayo no se llevó a cabo. En su lugar, se pospuso hasta septiembre, según círculos de la empresa, debido a desacuerdos sobre estrategia y estilo de liderazgo. Un procedimiento inusual que se percibe internamente y externamente como una señal de incertidumbre.
En el centro del debate está el plan de López de transformar radicalmente el tradicional conglomerado del Ruhr: unidades independientes en lugar de estructura corporativa, participación de terceros en lugar de control central. Internamente se habla de una reestructuración "sin cimientos reconocibles". Aunque la junta directiva demuestra unidad públicamente, tras bambalinas crece la preocupación de que el conglomerado se pierda nuevamente en un curso de reformas demasiado ambicioso.
La división naval TKMS, estabilizada por contratos multimillonarios, recientemente de Singapur, se independizará este año. La filial de defensa representa encargos por un valor de unos 18 mil millones de euros. Sin embargo, las cuestiones de financiación y estructura permanecen sin resolver. Una separación completa no ocurre de facto mientras TKMS siga siendo totalmente consolidada.
Paralelamente, se estanca la venta parcial planificada de la división del acero a Daniel Kretínsky. El multimillonario ya posee el 20 por ciento, quería aumentar al 50 por ciento. Pero, según fuentes, duda, sobre todo debido a cuestiones abiertas sobre la "dote" financiera, que se estima en hasta cuatro mil millones de euros. Las garantías de ubicación y empleo, así como los derechos de cogestión, también están sin resolver.
Las críticas también crecen internamente. El programa estructural "Apex" causa frustración porque no se logran ganancias de eficiencia y las medidas de ahorro no se implementan de manera coherente. Al mismo tiempo, la dirección invita a varios cientos de gerentes a una conferencia en Madrid, en una fase en la que se están discutiendo recortes de empleo.
La prevista reducción de la sede de la empresa en Essen de 500 a 100 empleados, así como los recortes en la administración, son ejemplos de la descentralización deseada. Sin embargo, el sindicato IG Metall advierte de una desarticulación a expensas de los empleados. "La empresa no debe ser desmembrada", declaró Jürgen Kerner, vicepresidente del sindicato y miembro del consejo de supervisión.
Bis September muss López Ergebnisse liefern – vor allem bei der Verselbstständigung von TKMS. Sin avances tangibles, la renovación de su contrato corre el riesgo de convertirse en un símbolo de un vacío estratégico.