Pekín retrasa la aprobación para que BYD establezca una planta de producción en México. El mayor fabricante de automóviles eléctricos de China había anunciado la planta en 2023, pero el gobierno teme que la tecnología avanzada de coches inteligentes pueda cruzar la frontera hacia Estados Unidos.
La planta planificada, que debería crear 10,000 empleos y producir 150,000 vehículos anualmente, necesita la aprobación del Ministerio de Comercio de China. Esta aún no ha sido otorgada, según informan personas familiarizadas con el asunto. El factor decisivo sería la proximidad de México a los Estados Unidos, se dice.
Al mismo tiempo, Pekín prioriza inversiones en países que son parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y se abstiene de proyectos en Norteamérica. A esto se suma que el gobierno de México se ha mostrado escéptico hacia las inversiones chinas, especialmente después de la reelección de Donald Trump. Su administración insiste en impedir que los bienes chinos accedan al mercado estadounidense sin aranceles a través del acuerdo comercial norteamericano (USMCA).
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, destacó en noviembre que no existen planes de inversión "concretos" de empresas chinas en México. Además, el país ha introducido aranceles a las textiles chinas bajo presión de EE. UU. y ha iniciado investigaciones sobre importaciones de acero y aluminio desde China.
A pesar de estas incertidumbres políticas, BYD sigue activo en México: en 2024 la empresa vendió más de 40,000 vehículos y planea doblar las ventas en 2025. La vicepresidenta de BYD, Stella Li, declaró recientemente que la empresa sigue evaluando su estrategia y aún no ha tomado una decisión final sobre la planta.
Además de la expansión en México, BYD planea una mayor presencia internacional. Recientemente, la empresa recaudó 5,6 mil millones de dólares a través de una colocación de acciones en Hong Kong. Al mismo tiempo, la expansión global se está frenando: una ubicación planeada por mil millones de dólares en Brasil se detuvo temporalmente en diciembre después de que las autoridades encontraron condiciones laborales "similares a la esclavitud". BYD respondió despidiendo a un subcontratista chino.
