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Trump permite a Chevron regresar a Venezuela: licencia para producción de petróleo renovada inesperadamente
Trump da sorprendentemente luz verde a Chevron en Venezuela: la pragmática política desplaza la lealtad a los principios en la política energética.

Pocos meses después del anunciado retiro de la licencia, Chevron regresa sorpresivamente al mercado petrolero venezolano con el consentimiento del gobierno de Trump. Según personas familiarizadas con el acuerdo, la empresa estadounidense recibe nuevamente el permiso para extraer y exportar petróleo en el país sudamericano. La decisión se produce inmediatamente después de la liberación de diez ciudadanos estadounidenses de una prisión venezolana; sin embargo, oficialmente, según el Departamento de Estado de EE. UU., esto no forma parte de un trato.
Die neue Genehmigung ähnelt inhaltlich der Lizenz unter der Biden-Regierung, gilt allerdings nur für sechs Monate ohne automatische Verlängerung. Anders als zuvor soll Venezuela nun in Form von Rohöl – nicht in bar – für Steuern und Lizenzabgaben entschädigt werden.
Para Chevron, la decisión es un éxito significativo. La empresa había trabajado intensamente para poder reanudar su producción en Venezuela. En Washington, representantes de la empresa argumentaron que una retirada de EE. UU. daría a Rusia y China más espacio geopolítico en América Latina. Antes del cierre, Chevron producía alrededor de 240.000 barriles por día a través de empresas conjuntas con la estatal PDVSA, aproximadamente una cuarta parte de la producción petrolera de Venezuela.
Ya en febrero, la administración Trump había criticado duramente la licencia de Biden como "capitulación ante un dictador" y anunciado la rescisión. Ahora, el cambio de rumbo marca una desviación significativa de la anterior estrategia de "máxima presión", que también aisló cada vez más a la oposición democrática en Caracas.
El trasfondo son aparentemente tensiones más profundas dentro de la Casa Blanca: Mientras que los radicales como el secretario de Estado Marco Rubio siguen exigiendo una línea dura contra Maduro, el enviado especial Richard Grenell apuesta por acuerdos pragmáticos en migración y energía.
La decisión también se enmarca en un cálculo político mayor: tras la exitosa aprobación de la ley fiscal el 4 de julio, la presión política interna sobre Trump para mantener sanciones inflexibles a Venezuela ha disminuido. Los analistas ven en ello una señal geopolítica con un tiempo de vida media limitado, especialmente para otras empresas energéticas, cuyas licencias siguen suspendidas.
Chevron destacó en una declaración que se adhiere estrictamente a las sanciones internacionales y de EE. UU. Desde Caracas no se pudo obtener una reacción inicial.