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UBS enfrenta aumento de miles de millones: Berna planifica regulaciones de capital significativamente más estrictas para bancos sistémicamente relevantes
Berna obligará a UBS a tener colchones de capital propio significativamente más altos, a pesar de la resistencia del banco y durante varios años.

El gobierno suizo quiere aumentar los requisitos de capital para UBS hasta en 26 mil millones de dólares estadounidenses, una respuesta directa a la adquisición del problemático Credit Suisse el año pasado. Con esto, el Departamento Federal de Finanzas (EFD) tiene como objetivo reducir drásticamente el riesgo de una nueva intervención estatal en el sector bancario. UBS calificó los planes de "extremos" y "no coordinados internacionalmente".
El núcleo de la reforma es la obligación de respaldar en el futuro todas las subsidiarias extranjeras de UBS al 100 por ciento con el capital propio de la matriz. Actualmente, este requisito es del 60 por ciento. Para cumplir con las nuevas directrices, el gran banco tendría que aumentar su capital Common Equity Tier 1 (CET1) en aproximadamente 26 mil millones de dólares estadounidenses. Tras deducir 8 mil millones de dólares en requisitos AT1 que desaparecen, quedaría un aumento neto del capital de "going concern" de 18 mil millones de dólares.
UBS, que en 2023 había adquirido la tambaleante Credit Suisse bajo mediación estatal, critica duramente los planes: la medida es exagerada, desproporcionada e ignora los estándares internacionales. Por otro lado, el departamento financiero señala debilidades estructurales en el antiguo régimen. En retrospectiva, el capital de la empresa matriz de Credit Suisse había sido insuficiente. Un informe del parlamento calificó especialmente las facilidades de capital de 2017 como "incomprensibles".
Las propuestas de reforma, parte de un nuevo paquete “Demasiado grande para caer”, entrarán en consulta en otoño y entrarán en vigor a principios de 2028 como muy pronto. A UBS se le concedería entonces un período de transición de al menos seis a ocho años para cumplir con los requisitos.
La ofensiva probablemente tendrá un efecto señal más allá de Suiza. Porque aborda la cuestión central de si los Estados pueden limitar permanentemente los riesgos sistémicos de los bancos que operan globalmente y cómo hacerlo sin poner en peligro su competitividad internacional.