El grupo francés de lujo Kering ha nombrado a Luca de Meo, hasta ahora CEO del fabricante de automóviles Renault, como nuevo Chief Executive Officer. Las acciones de la matriz de Gucci subieron inmediatamente tras conocerse la noticia del nombramiento casi un 12 por ciento, una clara señal de las esperanzas del mercado en una reorientación estratégica.
De Meo se ha destacado en la industria automotriz como reestructurador. En Renault impulsó una reducción rigurosa de costos y sobrecapacidades, sin descuidar la cartera de productos. Pero Kering enfrenta un desafío diferente: no es la eficiencia, sino la falta de crecimiento —especialmente en la marca principal Gucci— lo que preocupa a los inversores.
UBS estima que las ventas de Gucci en 2024 estarán aproximadamente un 30 por ciento por debajo del nivel de 2018. Al mismo tiempo, el número de tiendas ha aumentado un 13 por ciento. La discrepancia entre el crecimiento del espacio y la disminución de las ventas es una señal de advertencia. Además, el endeudamiento es superior al promedio de la industria: la relación de deuda neta a EBITDA es superior a dos. Kering ya ha comenzado a deshacerse de participaciones inmobiliarias para generar liquidez.
También en la gestión empresarial imperó recientemente poca claridad. El jefe del grupo, François-Henri Pinault, ocupa simultáneamente el cargo de presidente del consejo de administración y CEO. Dos co-CEOs le reportan, una estructura que se cuestiona cada vez más en vista del decreciente resultado operativo. Con la llegada de de Meo, ahora viene un CEO con clara responsabilidad y reputación de liderazgo estructurado.
Mientras tanto, el sector se abre cada vez más a candidatos externos. Chanel fichó en 2021 a Leena Nair de Unilever, Audemars Piguet siguió en 2023 con Ilaria Resta, que comenzó su carrera en Procter & Gamble. Ferrari, por su parte, ha logrado resultados sólidos desde la incorporación de Benedetto Vigna, anteriormente experto en semiconductores en STMicroelectronics. Todos ellos tienen en común que llegaron sin experiencia previa en el segmento de lujo, pero con claridad empresarial.
Por lo tanto, el cambio de Meo es más que un paso profesional ajeno a la industria: simboliza un cambio en la industria del lujo, que valora cada vez más la competencia de liderazgo por encima del origen. Al mismo tiempo, la caída de las acciones de Renault el lunes muestra que su partida también deja huellas en el sector automotriz. El factor diseño se vuelve estratégicamente más importante con la creciente comodificación, lo que podría allanar el camino para futuros movimientos de personal en la dirección opuesta.