Vientos favorables para el sector de telecomunicaciones británico: Vodafone y Three UK se fusionan

Los reguladores británicos han tomado recientemente una decisión significativa que destaca el empeño del país por priorizar el crecimiento económico y la expansión de la infraestructura sobre los bajos precios al consumidor. La Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) aprobó la fusión de 19 mil millones de dólares entre Vodafone y Three UK, después de aceptar el argumento de las empresas de que mejores redes impulsarían la competencia y beneficiarían a la economía. Este paso se da 18 meses después de que la CMA provocara la ira de Microsoft al rechazar su acuerdo de 69 mil millones de dólares con Activision Blizzard debido a preocupaciones sobre el emergente mercado de juegos en la nube. En ese momento, la CMA rechazó las promesas de conducta ofrecidas por Microsoft, ya que eran difíciles de supervisar. Sin embargo, ahora la CMA aprobó el acuerdo de Vodafone-Three bajo la condición de compromisos de conducta y transfirió a la autoridad reguladora de telecomunicaciones Ofcom la supervisión de las promesas de precios e inversiones. Este cambio en el enfoque de la CMA está en línea con las declaraciones del nuevo Primer Ministro británico, Keir Starmer, quien enfatizó en un foro de inversionistas internacionales que los reguladores deben tomar el crecimiento tan en serio como la propia economía. Esta idea también fue retomada por la CEO de Vodafone, Margherita Della Valle, cuando describió el crecimiento como un punto central de su estrategia al anunciar el acuerdo. Además de las complejidades regulatorias, un informe del grupo de análisis OpenSignal muestra que el Reino Unido se queda rezagado en términos de velocidad móvil y ocupa el puesto 22 de 25 países europeos en disponibilidad y velocidad de descarga de 5G. Estos hallazgos subrayan la necesidad de la fusión aprobada para mejorar la infraestructura de red. El especialista en competencia Alex Haffner, socio de Fladgate, destaca la decisión "pragmática" de la CMA, que permite por primera vez en Europa una fusión de cuatro a tres redes móviles sobre una base puramente orientada a la conducta. Esto marca un alejamiento significativo de la práctica anterior, en la que era necesario que las empresas fusionadas realizaran concesiones estructurales.