El gigante japonés del acero Nippon Steel y el gigante estadounidense US Steel han emprendido acciones legales contra el gobierno de Biden después de que el presidente bloqueara la adquisición planificada por 15 mil millones de dólares por motivos de seguridad nacional. La demanda plantea la acusación de que la decisión está motivada políticamente para asegurar el apoyo de los sindicatos durante las elecciones presidenciales de 2024.
La adquisición, que ha estado bajo revisión durante más de un año, fracasó la semana pasada tras una evaluación infructuosa por parte del Comité de Inversión Extranjera en los EE. UU. (Cfius). El presidente Joe Biden declaró que la venta de US Steel a Nippon Steel representa un "riesgo para la seguridad nacional y cadenas de suministro críticas". En una demanda ante un tribunal federal en Washington, Nippon y US Steel califican el proceso de Cfius como un "procedimiento ficticio" y acusan al gobierno de impedir la transacción por "motivos políticos personales". Otras acusaciones se dirigen contra Cleveland-Cliffs, el segundo postor en la subasta de US Steel, y el líder sindical de los Trabajadores del Acero Unidos, David McCall. Se acusa a Cleveland-Cliffs de llevar a cabo "acciones ilegales y coordinadas" junto con el sindicato para detener el acuerdo. Los demandantes ahora esperan la próxima toma de posesión de Donald Trump, quien volverá a ser presidente de los EE. UU. el 20 de enero. Trump, quien criticó la adquisición durante su campaña electoral, podría verse movido por la acusación de influencia política sobre Biden para apoyar el acuerdo. Sin embargo, los expertos señalan que el proceso se lleva a cabo en un terreno desconocido. Stephen Heifetz, un exmiembro de Cfius, dijo: "Estamos en un territorio completamente inexplorado. Todo es posible". US Steel, el tercer mayor productor de acero de EE. UU., es un proveedor importante para los sectores de energía, transporte y militar. Sin embargo, la compañía está bajo presión: sin la inversión prometida de 2,7 mil millones de dólares por parte de Nippon, se enfrentan a recortes de empleo y cierres de fábricas. Según el CEO David Burritt, el bloqueo tiene "impactos catastróficos" para la empresa.
La adquisición también tendría dimensiones geopolíticas. Mientras que tales transacciones con empresas chinas a menudo se bloquean por motivos de seguridad, es la primera vez que una adquisición por parte de un país aliado de EE. UU. como Japón fracasa. Los críticos acusan a la administración Biden de actuar con argumentos de seguridad nacional dudosos, principalmente motivados políticamente.
