Pirelli pide a su gran accionista chino Sinochem que reduzca significativamente su participación, un paso drástico que coloca las tensiones geopolíticas entre EE. UU. y China en el centro de las decisiones empresariales europeas. La dirección del fabricante italiano de neumáticos quiere lograr en la reunión del consejo del miércoles que Sinochem reduzca su participación actual del 37 por ciento por debajo del nivel del accionista italiano Camfin (26,4 por ciento).
Según personas familiarizadas con el asunto, Pirelli teme que el gobierno de los Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump podría bloquear la expansión de las actividades en los Estados Unidos, solo debido al propietario chino. Ya antes, la empresa se había encontrado con resistencia en conversaciones sobre nuevas inversiones en los EE. UU., se dijo.
Pirelli genera alrededor de una cuarta parte de sus ingresos a nivel mundial en América del Norte y opera una planta en el estado de Georgia, EE. UU. Sin embargo, la mayor parte de los neumáticos para el mercado norteamericano aún se produce en México y Sudamérica. Ante la amenaza de aranceles punitivos de EE. UU. y crecientes barreras regulatorias, Pirelli ahora quiere fabricar más directamente en los Estados Unidos, pero la proximidad estatal de Sinochem se está convirtiendo en un problema.
Einigen Insidern zufolge plant Pirelli einen Aktienrückkauf, bei dem ein Teil der Anteile direkt wieder am Markt platziert werden würde
Las tensiones entre Sinochem y la dirección de Pirelli no son nuevas. En 2023, la empresa estatal china intentó cambiar el pacto de accionistas y privar a Camfin del derecho a nombrar permanentemente al presidente del consejo. El gobierno italiano intervino invocando la ley de "Poder Dorado" y limitó los derechos de voto de Sinochem.
El trasfondo es también la experiencia tecnológica de Pirelli. La empresa cuenta con soluciones de sensores que vinculan datos de neumáticos en tiempo real con sistemas de control del vehículo. Estas tecnologías son especialmente demandadas en el mercado estadounidense, pero la reciente prohibición de Washington contra software y componentes de automatización chinos en vehículos deja claro lo alto que es el riesgo de ser excluido.
La adquisición original por parte de ChemChina, que luego se fusionó con Sinochem, se realizó en 2015 por alrededor de 7,7 mil millones de dólares estadounidenses. En ese momento, el inversor chino se comprometió contractualmente a no influir operativamente en la estrategia o las decisiones de gestión de Pirelli.