Nach decepcionantes cifras trimestrales y crecientes críticas a la participación política de Elon Musk, el consejo de supervisión de Tesla aparentemente ha iniciado la búsqueda de un sucesor para el CEO. Según personas familiarizadas con el asunto, ya se han contactado varias firmas líderes de búsqueda de ejecutivos para iniciar un proceso formal de selección.
La presión sobre Musk había aumentado visiblemente en los últimos meses. La ganancia trimestral cayó un 71 por ciento, y los ingresos disminuyeron recientemente un 9 por ciento, una caída que se debe principalmente a las ventas débiles en mercados clave como California, Alemania y China. Además, las agresivas reducciones de precios afectan los márgenes. Paralelamente, Musk estuvo apenas visible en las operaciones diarias: Desde la victoria electoral de Donald Trump el año anterior, el CEO pasó la mayor parte de su tiempo en Washington, entre otras cosas como director del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Dentro de la empresa creció la inquietud. En una reunión con la junta directiva, se pidió a Musk, según fuentes internas, que volviera a dedicar más tiempo a Tesla y que lo comunicara públicamente. Pocos días después, anunció en una conferencia con analistas que "a partir del próximo mes pasará mucho más tiempo en Tesla".
No está claro si esta promesa afectará la planificación de la sucesión. Tampoco se sabe si Musk, miembro del consejo, fue informado sobre el proceso de búsqueda. Oficialmente, Tesla negó inicialmente cualquier consideración de sucesión después de la publicación del informe. En X, la presidenta del consejo de supervisión, Robyn Denholm, declaró que tienen "plena confianza en la capacidad de Musk para ejecutar el ambicioso plan de crecimiento de Tesla".
Sin embargo, entre bastidores, parece que la preocupación por el enfoque de Musk es profunda. Dentro de la empresa se ha discutido internamente si el CEO todavía está interesado en liderar. En mensajes confidenciales, Musk habría expresado ya en 2023 que no quería ser CEO, no por falta de interés, sino por temor a que nadie pudiera vender su visión de manera tan convincente como él mismo. Además, que su paquete de compensación multimillonario fuera anulado por una sentencia judicial aparentemente afecta su compromiso.
Mientras Tesla mira hacia adelante, con iniciativas de robotaxi, la figura de inteligencia artificial humanoide "Optimus" y el objetivo de convertirse en una empresa de 30 billones de dólares, su negocio principal pierde impulso. El Cybertruck, anunciado con gran esfuerzo de relaciones públicas como un producto del futuro, se ha vendido solo 39,000 veces hasta ahora y ha sido objeto de múltiples retiradas. Se esperaba un modelo de entrada más económico; en su lugar, se han revisado y simplificado los modelos existentes.
La marca Tesla pierde además atractivo. En mercados liberales como California o Alemania, los clientes se distancian visiblemente de la política de Musk. Algunos vehículos llevan ahora pegatinas con el mensaje de que apoyan a Tesla, pero no a Musk.
Mientras la junta mantiene conversaciones con inversores institucionales para asegurar confianza en la fortaleza del liderazgo, queda por ver si realmente se avecina un cambio de CEO o si la mera presión sobre Musk es suficiente para llevarlo de nuevo con fuerza a la cúpula de la empresa. Lo único claro es que la época del visionario indiscutido al frente de Tesla está tambaleándose.