Tesla entregó 336.681 vehículos en el primer trimestre de 2025, una disminución del 13 por ciento respecto al año anterior. Los analistas esperaban casi 60,000 unidades más. Las cifras revelan una fase de debilidad que va más allá de las fluctuaciones económicas. Especialmente en los mercados centrales establecidos como China, Alemania y EE. UU., las ventas y la imagen de marca están bajo presión.
En China, un largo motor de crecimiento para el negocio global de Tesla, las ventas cayeron casi un 50 por ciento en febrero. Solo la entrega del Model Y revisado trajo una recuperación parcial en marzo: 78,828 vehículos vendidos aún significan una disminución del 11 por ciento en comparación anual. En Alemania, el retroceso fue aún más grave: una disminución del 76,3 por ciento en las nuevas matriculaciones en febrero, según informa la Oficina Federal del Automóvil.
Al mismo tiempo, la imagen de marca de Tesla se está desmoronando, especialmente en los EE. UU. La cercanía política del CEO Elon Musk con el gobierno de Trump y su apoyo vehemente a partidos populistas de derecha en Europa han llevado a llamados al boicot y protestas. Mientras tanto, incluso entre los clientes que alguna vez fueron leales, el entusiasmo está disminuyendo. Encuestas recientes muestran una clara disminución en la atracción de la marca, especialmente entre los grupos de votantes demócratas. Los analistas de Wall Street han degradado las acciones de Tesla en parte, no solo debido a las débiles cifras, sino también por la creciente polarización social.
Mientras tanto, los competidores de Tesla aumentan la presión. General Motors, Hyundai y Kia amplían rápidamente sus modelos de autos eléctricos y ganan cuota de mercado; solo GM registró un aumento en las ventas del 17 por ciento en el mismo período. En California, tradicionalmente un bastión de Tesla, las nuevas matriculaciones de la marca cayeron un 11,6 por ciento.
Los mercados bursátiles reaccionaron nerviosos. Aunque el curso pasó a terreno positivo tras un informe de Politico sobre la supuesta retirada inminente de Musk de la Casa Blanca, las fluctuaciones siguen siendo fuertes. Entre la victoria electoral de Trump y su toma de posesión, el valor de Tesla en bolsa se había duplicado, solo para caer fuertemente después.
Los analistas como Adam Jonas de Morgan Stanley ven a la empresa en una encrucijada: "Tesla se está moviendo de ser un mero fabricante de automóviles a convertirse en un jugador amplio en IA y robótica". El propio Musk está enfocándose cada vez más en proyectos futuros como el software Full Self-Driving (Supervised) y el robot humanoide Optimus. Sin embargo, estas visiones hasta ahora han sido financiadas en gran medida por los ingresos del negocio automotriz, un negocio que actualmente está visiblemente perdiendo terreno.