Cuando se trata de acuerdos multimillonarios, las apuestas son altas, y en Japón el juego apenas ha comenzado. Bain Capital y KKR, dos pesos pesados del mundo financiero, han presentado las primeras ofertas por los llamados activos "no centrales" de Seven & i Holdings. Se están hablando de sumas impresionantes: Entre 750 mil millones y 1,2 billones de yenes (equivalente a 7,6 mil millones de dólares) han sido ofertados según información exclusiva reportada por Eulerpool.
Bain Capital de Estados Unidos se sitúa en el extremo superior de este rango con su oferta, mientras que KKR pone alrededor de 800 mil millones de yenes en la mesa. El competidor local Japan Industrial Partners se mueve en el límite inferior. La alta dirección de Seven & i guarda silencio, al igual que los representantes de KKR y Bain, una maniobra clásica para mantener la tensión.
Cambio estratégico con potencial de miles de millones
Seven & i, conocida principalmente por sus exitosas tiendas 7-Eleven en todo el mundo, se encuentra en una encrucijada. En octubre, el gigante comercial japonés publicó una hoja de ruta audaz: todo lo que no pertenece al negocio principal será vendido. ¿La razón? Una jugada de 47 mil millones de dólares desde Canadá.
La empresa canadiense Alimentation Couche-Tard Inc. tiene en la mira a Seven & i, pero la parte japonesa no se da por vencida tan fácilmente. El clan familiar en torno a la familia fundadora Ito planea una espectacular contraestrategia: una adquisición de toda la empresa por aproximadamente 9 billones de yenes.
Un momento histórico para la economía de Japón
Si el plan de la familia Ito tiene éxito, sería la mayor compra apalancada en la historia de Japón. ¿La idea? Sacar a Seven & i de la bolsa y refinanciar las sucursales norteamericanas a través de una oferta pública. Este paso no solo podría asegurar la financiación, sino también garantizar la independencia de una de las marcas más conocidas del país.
Der Zeitdruck ist jedoch enorm. Mientras los canadienses siguen presionando, la familia Ito trabaja intensamente en su contrapropuesta. El contexto histórico juega un papel decisivo: Japón quiere proteger sus marcas icónicas y evitar una adquisición por parte de inversores extranjeros, una postura que gana relevancia en tiempos de creciente globalización.
Wer setzt den finalen Stich?
La partida de póker por Seven & i acaba de comenzar. Mientras Bain y KKR ponen sus fichas sobre la mesa, queda por ver quién tiene las mejores cartas en la mano. Lo que es seguro: Las próximas semanas podrían enriquecer la historia económica de Japón con otro capítulo.