Pharma
GSK lucha con beneficios menguantes y escepticismo sobre los planes de pipeline: Citadel apuesta por una pérdida de valor.
GSK está bajo presión: Citadel apuesta por la caída de las acciones, mientras la empresa debe cerrar una enorme brecha en su cartera de productos.

La farmacéutica británica GSK enfrenta vientos en contra significativos del mercado después de que el fondo de cobertura Citadel aumentara su posición corta en la empresa. Esto aumenta la presión sobre la compañía, que se jacta de grandes expectativas de ventas de nuevos medicamentos, pero que al mismo tiempo está a punto de enfrentar una caída significativa de patentes en su medicamento clave para el VIH, dolutegravir.
Actualmente, GSK cotiza en la bolsa más bajo que hace diez años, un desarrollo que no se atribuye únicamente a la disputa legal continua sobre los supuestos riesgos de cáncer del ahora descontinuado medicamento para la acidez estomacal Zantac. Incluso un costoso acuerdo de 2,2 mil millones de dólares no pudo impulsar las acciones. El fundador de Citadel, Ken Griffin, está apostando a que los precios seguirán cayendo, y esto justo en un momento en que GSK, según sus propias previsiones, quiere alcanzar ventas anuales de 40 mil millones de libras hasta 2031.
El consorcio expandió recientemente su negocio tradicional alrededor de vacunas y terapias respiratorias, pero enfrentó un revés con la vacuna contra el RSV Arexvy. Un comité asesor estadounidense ajustó la recomendación a la baja, agravado aún más por la designación del escéptico Robert F. Kennedy Jr como nuevo secretario de Salud bajo el presidente estadounidense Donald Trump. Analistas de UBS cuantifican la brecha entre el objetivo de GSK de 40.000 millones de libras en ventas para 2031 y el consenso de analistas (32.000 millones de libras) en alrededor de 8.000 millones de libras, una brecha que la dirección aún debe cerrar.
En cuanto al estado de salud del portafolio, los directivos de la compañía señalan 13 resultados positivos de la fase 3 en el año anterior, 14 lanzamientos planificados hasta 2031 y una "amplia diversificación" más allá de éxitos individuales. Sin embargo, analistas como Emily Field de Barclays siguen escépticos sobre si esta orientación es suficiente para compensar la caída de ingresos por el vencimiento de las patentes de dolutegravir (desde 2028).
Entre los inversores, la modernización de la estrategia de oncología también está en el punto de mira: por un lado, GSK se retiró del área en 2015 para luego volver a la investigación del cáncer en 2018 mediante la adquisición de Tesaro. Mientras que desde la empresa llegan sin duda informes de éxito sobre las posibles oportunidades de re-aprobación de Blenrep (tratamiento del cáncer de sangre), persisten preocupaciones sobre los efectos secundarios y los medicamentos de la competencia.
Los críticos también cuestionan las calificaciones de la directora del grupo, Emma Walmsley, cuyo perfil se centra más en el sector de bienes de consumo. Ha dirigido GSK durante ocho años y defiende su estrategia, incluyendo la escisión de la rama de bienes de consumo Haleon. Mientras tanto, el persistente bajo nivel de valoración podría hacer que GSK sea vulnerable a rápidas fluctuaciones del mercado, tanto positivas como negativas.