Business
Macquarie bajo presión: accionistas se rebelan contra la alta remuneración a pesar de las demandas regulatorias
A pesar de las crecientes críticas sobre la remuneración y los problemas regulatorios, Macquarie se mantiene por ahora en su curso, con una creciente resistencia de los inversores.

A pesar de décadas de éxito, el banco de inversión australiano Macquarie se ve cada vez más en el punto de mira de sus accionistas. En la junta general del jueves, más del 25 por ciento de los accionistas votaron en contra del actual sistema de compensación, lo que constituye una clara señal de advertencia. Según la ley australiana, otro rechazo en el próximo año podría forzar una votación sobre la disolución de la junta directiva.
El enfoque está en un modelo de remuneración que permite salarios de nivel Wall Street para gerentes. Así, el exjefe de materias primas Nick O’Kane cobró el equivalente a 38 millones de dólares estadounidenses en 2023, más que el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon. Los nueve ejecutivos mejor pagados recibieron juntos casi 100 millones de dólares australianos. La CEO Shemara Wikramanayake por sí misma alcanzó los 24 millones.
Dabei hat Macquarie aktuell keinen Rückenwind. Der Aktienkurs fiel am Donnerstag um 5 Prozent nach einem enttäuschenden Quartalsbericht und der überraschenden Abgangsankündigung von CFO Alex Harvey – bislang als möglicher Nachfolger Wikramanayakes gehandelt.
Una serie de medidas regulatorias también pesa: El regulador financiero australiano Asic demandó al banco este año, alegando que durante 14 años informaron incorrectamente los volúmenes de venta en corto. Ya es el cuarto procedimiento contra Macquarie en un año. Además, el regulador financiero británico impuso una multa de 16 millones de dólares en 2023 debido a operaciones ficticias para encubrir pérdidas.
Wikramanayake defendió la estructura de remuneración ante los accionistas y se refirió al valor para los accionistas a largo plazo de los últimos 56 años. Sin embargo, el presidente del consejo de administración Glenn Stevens, exjefe del banco central de Australia, anunció una revisión de la política de bonos para el año en curso, también con miras al procedimiento actual de Asic.
Sin embargo, los accionistas individuales se mostraron indignados. Craig Caufield criticó que las infracciones como estas apenas tuvieran consecuencias en la remuneración. Otro inversor lo calificó de "imposible" aceptar una estructura salarial después de que el banco fuera acusado de "conducta sistemática y engañosa".
Mientras tanto, el debate sobre la sucesión de Wikramanayake cobra impulso. Con la partida de Harvey, se pierde una opción prominente. Sin embargo, Stevens enfatizó que la casa cuenta con un "sólido banco interno" para futuras tareas de liderazgo, aunque actualmente no se contempla un cambio en la cima.