La autoridad de competencia británica, la Competencia y Mercados (CMA), ha iniciado una investigación contra Google para examinar el dominio del mercado de la empresa en los servicios de búsqueda y publicidad de búsqueda. Esta es la primera investigación de este tipo bajo el nuevo régimen de competencia digital, que entró en vigor hace solo dos semanas.
Die CMA explicó que la investigación debería analizar el impacto del poder de mercado de Google en consumidores, anunciantes, editores de noticias y motores de búsqueda competidores. El objetivo es garantizar que tanto los usuarios como las empresas puedan beneficiarse de la innovación y la competencia.
Sarah Cardell, directora ejecutiva de la CMA, enfatizó: "Nuestra tarea es garantizar que las personas tengan una opción real y servicios de búsqueda innovadores, y que las empresas puedan operar en condiciones justas".
Las nuevas reglas permiten a la CMA identificar empresas con el llamado estatus de mercado estratégico en actividades digitales y emitir directrices de comportamiento. Si Google se clasifica como estratégicamente influyente, la autoridad podría ordenar medidas como la divulgación de datos de usuarios para competidores o más control para los editores sobre sus datos, especialmente en relación con los servicios de IA de Google.
Google explicó en una entrada de blog que colaborará con la CMA para demostrar cómo sus servicios apoyan a los consumidores y empresas en el Reino Unido. Según Google, la empresa generó en 2023 actividades económicas por valor de 118 mil millones de libras (144 mil millones de dólares) en el Reino Unido.
La CMA decidirá antes del 13 de octubre si se requieren medidas regulatorias. Planea recopilar pruebas de Google, así como comentarios de agencias de publicidad, editoriales de noticias y grupos de usuarios.
La investigación aumenta la presión sobre Google, que ya el año pasado fue objeto de escrutinio por parte de la CMA debido a posibles distorsiones de la competencia en el sector de la tecnología publicitaria. En ese momento, la CMA acusó a Google de obstaculizar la competencia al favorecer sus propios servicios.