Intel sigue lidiando con grandes pérdidas de valor. Desde principios de 2024, las acciones del fabricante de chips han perdido más del 60 por ciento de su valor en NASDAQ. A pesar de las recientes ganancias en agosto, el futuro de la empresa sigue siendo incierto. Intel está evaluando opciones de venta o división para evitar el colapso inminente. Los inversores mostraron un breve optimismo, pero el éxito de estas reestructuraciones sigue siendo dudoso.

El CEO Pat Gelsinger tenía planes ambiciosos para devolver a Intel a la cima de la industria de chips tras su regreso en 2021. La clave de esto radica en la transformación de la empresa en una líder en fabricación por contratos, produciendo chips para otras compañías. Sin embargo, esta estrategia enfrenta una creciente resistencia. Contratiempos tecnológicos y una disminución en la cuota de mercado complican el plan de volver a ganar terreno en un mercado dominado por la IA y competidores innovadores.

Según los informes, Intel ha contratado a importantes bancos de inversión para estudiar una posible escisión de la empresa. El negocio de fundición, una parte central de la estrategia de Gelsinger, incluso podría estar a la venta. Los analistas son escépticos sobre si Intel podrá competir con rivales como NVIDIA, AMD y Broadcom. El gigante de los semiconductores parece estar perdiendo terreno en la creciente industria de la IA.

Intel ya anunció medidas drásticas: una reducción global de personal del 15 por ciento y un extenso programa de reducción de costos deberían estabilizar la empresa. Sin embargo, la presión financiera sigue siendo inmensa, con una pérdida reportada de miles de millones y una previsión de ingresos decepcionante para el tercer trimestre de 2024. Analistas como Stacy Rasgon de Bernstein Research dudan de la viabilidad de la visión de Gelsinger y señalan supuestos de ingresos poco realistas que sustentan el plan.

El éxito de la reestructuración de Gelsinger depende en gran medida de la implementación del proceso de fabricación 18A en 2025. Para asegurar el éxito de este proyecto, Intel necesita urgentemente grandes clientes como Apple, Qualcomm o AMD. Sin embargo, hasta ahora no está claro si estas empresas están dispuestas a contar con Intel como socio de producción.

Los próximos meses son decisivos para Intel. La junta directiva se prepara para tomar decisiones importantes en septiembre. Si la empresa, que alguna vez fue pionera en la industria de los chips, puede mantener su lugar en el futuro de la tecnología de semiconductores, pronto se verá.