Pat Gelsinger, CEO del gigante de semiconductores Intel, ha anunciado sorprendentemente su dimisión para el 1 de diciembre. Hasta que se nombre a un sucesor, la dirección de la empresa será asumida provisionalmente por el director financiero David Zinsner y Michelle Johnston Holthaus, directora de varias divisiones de Intel. La noticia hizo que las acciones de Intel aumentaran casi un cuatro por ciento.
Según los informes, el consejo de administración de Intel habría presionado a Gelsinger para que renunciara, ya que la confianza en su estrategia de reestructuración disminuyó. Según personas con conocimiento del tema, el conflicto se intensificó cuando Gelsinger quiso presentar la semana pasada avances en la recuperación de cuota de mercado. El consejo le habría dado a elegir: jubilación o despido.
Gelsinger, quien regresó en 2021 como portador de esperanza, dejó la empresa en medio de dificultades. Además de nuevas tecnologías y un programa de ahorro, planeó la eliminación de alrededor de 15,000 empleos así como un retraso de dos años en la construcción de la fábrica de chips en Magdeburgo.
Intel lleva años enfrentándose a crecientes desafíos. En el ámbito de la Inteligencia Artificial, NVIDIA ha tomado el liderazgo, mientras que el negocio de procesadores para PC y chips para centros de datos se enfrenta a una fuerte presión competitiva. El dominio del mercado que Intel disfrutó en el pasado se ha erosionado cada vez más.
Las acciones de la empresa cotizan actualmente a 24,85 dólares, un aumento del 3,31 por ciento, pero con una pérdida anual de alrededor del 50 por ciento. Desde el máximo de abril de 2021, las pérdidas se acumulan en casi dos tercios.